terça-feira, 12 de janeiro de 2016

EDUARDO MOSCHES | Al-Mutawakel Taha: un poeta palestino en Ármala


Todo inició una noche de verano en la Ciudad de México. Nos encontramos en un hotel de Reforma. Alrededor de la mesa estaban Fawzi el Mashni, embajador de Palestina en México, Munjed Saleh, diplomático palestino, Cynthia y yo. Ahí quedé de encontrarme con el diplomático en Ramalah, para poder realizar una entrevista con un poeta palestino. Entre tragos de café hablamos de mi interés de acercarme a personas ligadas al ámbito de la cultura.
Llegué a Jerusalén, entré por la Puerta de Yafo a la parte vieja de la ciudad. El Quods. Tomé un taxi a Ramalah, al llegar y después de pasar el puesto de vigilancia militar israelí, un largo pasillo flanqueado por altas barreras de alambres, coronadas por púas, terminando en una especie de edificio de paredes de plástico, rotos en gran parte, ondeando al viento, me encontré con la larga hilera de personas, divididas en dos filas, una para hombres, la otra para mujeres y niños. No había control militar ninguno para pasar, más allá de un molinete de metal verdoso, que permitía un paso lento de la gente. Parece que eran días tranquilos, la retirada de Gaza se estaba realizando.
Esperaba en la plaza Al Manara, en el centro de Ramalah. El movimiento de la gente era intenso, iban y venían, mujeres con largas faldas y sus clásicos pañuelos oscuros en la cabeza, unas, y otras, con jeans y la cabeza descubierta. Los hombres entraban y salían del banco, otros tomaban café en la calle, que era vertido en unos vasos de cristal, por unos vendedores vestidos con unos sombreros tipo turco, de color rojo y desde una especie de termo grande, de metal. Llegó Munjed, con su sonrisa bonachona, su metro ochenta, la barriga refulgente y sus cabellos canos.
Nos dimos un abrazo y ya subí a su coche. La idea era encontrarnos con el secretario de la Asociación de poetas palestinos, Al-Mutawakel Taha. Encontramos un edificio de cuatro pisos con un cartelón indicando en inglés y en árabe que ahí estaba la Asociación de poetas. Subimos al segundo piso, fotografías a color de diferentes escritores, presumí, unos libreros y escritorios, y entramos a la oficina del futuro entrevistado. Un escritorio grande, detrás del mismo, un hombre alto, de cabellos blancos con líneas oscuras, ojos verde de mirar directo e intenso. Munjed me presentó y ahí comenzó su tarea de traductor.
Antes de iniciar nos sirvieron café cargado en tazas chicas y vasos con agua.
No faltó ni té ni café a lo largo de la entrevista.

EM - ¿Me interesaría que pudieras narrar, como ha sido tu vida y la de tu familia a partir de la expulsión en 1948?

A-MT - Cuando la tragedia de los palestinos en 1948 se hizo realidad, la expulsión se llevó a cabo hacia diferentes rumbos, en variadas formas. Una parte de los mismos se encaminó hacia la franja de Gaza, que pertenecía a Egipto, otra hacia lo que era Jordania y muchos hacia diferentes países del mundo árabe y el mundo. Hecho que provocó la formación de diversas y variadas culturas palestinas. Por eso cada palestino tiene sus referencias y su particularidad. Yo soy uno de los que permanecieron en Cisjordania. Tenía 9 años cuando se dio la guerra de 1967. Pude vivir en carne propia esa conquista violenta la cual hizo que nuestra infancia fuese ajena. Muchas preguntas nos asaltaban desde niños, nos sentíamos angustiados y fuimos obligados, desde tan pequeños, a interpretar, a entender la existencia de esta fuerza tan violenta que nos agredía.
Provengo de una familia (mi padre era también poeta) donde desde el momento que abrí los ojos, pude poder encontrar en mi casa una biblioteca muy grande; por tanto, se reunieron dos elementos: el externo, el cual me provocaba muchas preguntas y cuestionamientos sobre la vida, y el factor interno, la familia, que creó en mí el amor a la literatura, a la poesía, y a la creatividad.

EM - ¿Qué has estudiado y en donde?

A-MT - Literatura árabe, después realicé mi maestría en Cisjordania y el doctorado en El Cairo. Después de mis estudios universitarios, y en el momento que había ampliado mis conocimientos, se me hizo claro que para mí era imperativo el acto de escribir. A fines de los años 70, e inicios de los ochenta, descubrimos en nosotros a nuevos poetas, junto con un sentimiento de obligación con el acto de escribir. Y fue el hecho de sentir esa obligación que nos encaminó con intensidad hacia la escritura. En aquel entonces padecíamos el hecho real de la inexistencia de escuelas artísticas, la gente, asimismo, sufría el hecho del bloqueo y la ocupación, que se expresaba en un control férreo, asfixiante, por parte de las fuerzas de ocupación, de todo lo que se expresara como cultura palestina, a través de las denominadas leyes de emergencia. Estaba prohibido escribir, publicar y exhibir e importar libros. Por lo tanto, nos encontramos a nosotros mismos como flores salvajes. Estas flores salvajes descubrieron que estaban realizando un papel muy importante, un papel que colocaba a las fuerzas de ocupación en una situación crítica. Por eso, fuimos perseguidos cuando intentamos crear el núcleo que sería el inicio de la fundación de la asociación de escritores palestinos en los inicios de los años 80. A inicios de la primera intimada, en 1987, había en las cárceles israelíes 67 escritores palestinos, de un total de 137. Por ejemplo, yo estuve un año y medio en la cárcel y otro año y medio con arresto domiciliario. La cárcel fue una experiencia muy especial. Ahí descubrimos que nuestra poesía desempeña más de un papel. Es un factor de estímulo para enfrentar a la ocupación, fue como un arma en contra de la ocupación, fue como un historiador que narra todo lo que estaba y está pasando y asimismo, abre horizontes hacia la esperanza. En ese tiempo en la cárcel comenzamos a aprender idiomas y conocer la literatura de otros pueblos; además, se logró crear una red de infiltración de libros en las cárceles.

EM - La población palestina ha vivido la expulsión de 1948, el exilio posterior, y en 1967 la ocupación israelí. Dentro de este hecho, ¿cuál es el lugar que ocupa la memoria como hecho literario?

A-MT - Por supuesto la memoria y el entretejido formado por sus historias son múltiples. Yo recuerdo lo que me decía mi padre sobre la casa que tuvieron en la actual Israel, (casa donde hoy viven judíos de Rusia) fue una casa amplia de piedra, rodeada con una huerta de árboles frutales, o como mi padre fue detenido de 1933 a 1939 en la cárcel de Acre, o del asesinato de sus tíos, en la aldea de Kibie, donde fueron brutalmente apuñalados. Cuando mi padre hablaba de esos hechos no sabía por quien llorar. Si por su casa perdida, o por las naranjas que no podía recoger, ni oler o palpar, si por sus tíos asesinados, si por la situación de hambre y penuria, si por sus primos que se encontraban dispersos en otros países. Nosotros estamos colmados de dolor. Por tanto, nosotros somos los primeros en desear la paz. Todo lo que escribimos está invadido por las sensaciones vertidas en nosotros con los instantes de esta muerte lenta, por tanto, todo lo que escribimos está colmado de estas lágrimas.
Nosotros vemos la sangre y nos cuesta ver a las flores.

EM - En el ámbito literario palestino se encuentran las presencias reconocidas de escritores como Mahmud Darwish y Emile Habibi, que provienen de los palestinos que quedaron en Israel, ¿crees que hay diferencias de conceptos, tema y estilos, con los escritores formados en Cisjordania o en el otros países? Y si así es, ¿cuáles son?

A-MT - Sin duda. Yo dije anteriormente que después de la tragedia del 48 los palestinos se habían dispersado en diferentes zonas geográficas, y por tanto, el poeta que crece en un escenario, como en Siria, es diferente al que tiene referencias culturales en Egipto. Pero hay un tipo de hilo de oro que une a toda la literatura palestina, tiene el tema principal en la perdida de la patria y la necesidad de recuperarla y en la reafirmación de la identidad nacional. Pero los estilos literarios difieren de un lugar a otro. Incluso en el discurso político, donde hay muchos puntos comunes, pueden diferenciarse de acuerdo al país en donde hayan nacido. Por ejemplo. En el discurso político de los refugiados palestinos el punto central es el regreso a Palestina, el discurso de los palestinos radicados en Israel tienen como tema principal la igualdad y el rechazo a la discriminación racial. El discurso poético en Cisjordania y la Franja de Gaza reafirma la liberación de la tierra, la permanencia en el lugar y el mejoramiento de las condiciones de vida. Pero todos hacen hincapié al derecho de los palestinos a la autodeterminación, a la construcción de un estado independiente, con Jerusalén como capital.

EM - Perdona, yo hablaba de literatura. Entiendo que los hechos de la opresión, la violencia de la ocupación militar, la expulsión de la tierra, es algo que está girando y asfixiando a cualquier persona, es lo que siente, pero pienso que una buena literatura, no puede ser solamente un discurso político. Lo político puede estar, pero como parte de ese entrelazado con la vida, pues diariamente uno ama, se tienen relaciones sensuales, hay sensaciones percibidas, se dan pequeños dramas y se reciben alegrías, más allá, o conjuntamente con lo que acontece en la realidad política. ¿Cómo logran expresar literariamente esa casi totalidad?

A-MT - En la diferencia en el lenguaje, por supuesto en el estilo, en la imaginación y en la manera de exponer, narrar lo acontecido. El creador literario es un ser estratégico, soñador, y no está vinculado o asociado al ámbito de la balanza de fuerzas actual, y por tanto, es el guardián de los valores y conserva el espíritu de los derechos, y ama y respeta a los valores humanos absolutos. Por tanto, el escritor es un representante de la sociedad, y expresa a esta sociedad a su manera. Todas las cosas pasan a través del creador literario. En Palestina hay una particularidad, nosotros estamos empapados en sangre y lágrimas; estamos heridos, dañados en más de un lugar, y nos cuesta ver más allá de muerte, explosiones y demolición. Nosotros despertamos en cárceles y dormimos en barricadas. No escuchamos más que gritos después de la muerte y no vemos más que aviones sobrevolando y lanzando bombas. Tenemos que pasar la cuenta a la ocupación porque nos privó de la vida y nos impidió el meditar. Esto no significa que nosotros no pasamos un tiempo con nosotros mismos, de que nuestros corazones no palpiten, sientan y que no echemos de menos a nuestros seres queridos y que no tengamos esperanzas. Siempre va a reflejarse un punto de luz al interior de esta imagen oscura.

EM - ¿Con la literatura de que países has encontrado puntos de interés en tu formación literaria?

A-MT - Yo leo mucho. Eso se fortaleció con mis estudios universitarios y en mi especialización, tanto en la maestría como en el doctorado. La lectura de escritores internacionales me abrió la puerta de diferentes horizontes y conocí mundos nuevos. He aprendido y gozado mucho de esa lectura. Me he entregado con placer a la literatura europea, desde los clásicos hasta los contemporáneos. Derrida dice que el único ser humano que no ha sido influenciado por otro, fue Adán.

EM - ¿De los escritores árabes contemporáneos con quiénes has tenido real interés y acercamiento?

A-MT - Yo amo a Mahmud Darwish, me interesó sobremanera un poeta egipcio, que murió hace 20 años, que es Gamal Dumkol.

EM -¿Tienes algún interés en la escritura israelí, escrita en hebreo, en caso afirmativo, que escritores o poetas te han interesado?

A-MT - La literatura hebrea es una literatura muy particular, es una literatura realmente innovadora. Hay excelentes escritores en la misma. Yo hablo y leo perfectamente el hebreo, pero lamentablemente encuentro que la imagen del palestino, del árabe en esta literatura hebrea, en general, es muy esquemática, discriminadora, presenta una visión extremadamente negativa. A mi entender, actualmente, la literatura que presenta la mayor ideologización política, es la literatura hebrea. La mayor parte de los escritores hebreos se montan el caballo de la política, e incluso van más allá.

EM - ¿Y las excepciones?

A-MT - Existe el movimiento de los llamados nuevos historiadores, por un lado, pero hay pocos escritores que intentan presentar una imagen justa hacia el pueblo palestino, estos son aún muy marginales, tienen pocas raíces. Es decir, que en el mejor de los casos estos escritores están demandando mejorías en las condiciones de vida del pueblo palestino, pero no plantean para los palestinos la autodeterminación, ni el derecho al retorno de los palestinos.

EM - Disculpa, pero creo tener un ejemplo, y sería el de David Grossman, el cual tiene una actitud sumamente crítica y en sus diferentes escritos se evidencia una clara voluntad y el ánimo en sus diálogos con los palestinos, de la necesidad de la autodeterminación.

A-MT - Yo he leído muy bien a David Grossman, él sin duda está adelantado en su discurso literario, escribió en su libro El tiempo amarillo, acerca de las horribles medidas políticas y militares israelíes. Pero, ¿acaso Grossman acepta poner fin a la colonización israelí en toda Cisjordania y que Jerusalén sea la capital del pueblo palestino, y acepta que los refugiados palestinos retornen a Palestina?

EM - Mi impresión es que sí, pero quizá sea un problema de lectura.

A-MT - Yo voy a estar muy contento que algo así suceda, yo voy a formar un frente con él, si él expresa esto que tú crees.

EM - Hay un último libro de Grossman que se titula, Desaparecidos presentes, en el cual es posible de observar un acercamiento muy grande a la necesidad de la autodeterminación palestina.

A-MT - Acercamiento es una cosa y llamar a hacerlo realidad, es también otra cosa. Nosotros no estamos demandando lo imposible, lo que planteamos es Cisjordania y la Franja de Gaza, lo cual es el 22 por ciento del territorio de la Palestina histórica. Sólo demandamos que nos entreguen ese 22 por ciento.
¿Acaso es mucho lo que demandamos?

EM - Adentrémosnos en el territorio de la utopía, ya existe el Estado Palestino, qué forma de relación política debería darse: una federación, un estado único con derechos autonómicos para las dos entidades nacionales, ¿En fin, que?

A-MT - Cualquier forma es posible. Pero lo más importante es que podamos tener una relación humana, muy cooperativa, enriquecedora, bella y muy abierta. No hay odio a los judíos o a los israelíes. Lo que odiamos es la ocupación. Si esta ocupación termina podremos vivir en coexistencia. Somos vecinos, respiramos el mismo aire, enfrentamos las mismas brisas cálidas que tocan nuestros rostros y el mar es nuestro plato común. Nosotros nos metemos al mismo mar, y entonces, ¿por qué no podemos ser amigos? 

Eduardo Mosches (Argentina, 1944). Poeta e editor. Autor de livros como Cuando las pieles riman (1994), Viaje a través de los etcéteras (1998), e Como el mar que nos habita (1999). Editor da revista Blanco Móvil. Contato: blanco.19mosches85@yahoo.com.mxAgulha Revista de Cultura # 49. Janeiro de 2006. Página ilustrada com obras de William Blake (Inglaterra), artista convidado desta edição.


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PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009) | 05 de 10
Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | William Blake
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:

1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO
3 O RIO DA MEMÓRIA

A Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.

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