sábado, 28 de abril de 2018

ERIC J. HIDALGO VALVERDE | El grabado en la filatelia costarricense



Todas las piezas postales impresas, sean estampillas, tarjetas, sobres o aerogramas, son reproducidas mediante técnicas de impresión, muchas de ellas verdaderas obras de arte. En este artículo vamos a reseñar solamente las que en la filatelia de Costa Rica reproducen grabados que posteriormente fueron utilizados para ilustrar las viñetas de las emisiones postales.
La primera estampilla de correos del mundo, conocida como Penny Black, circuló en Londres en 1840. Reproduce una efigie de corte clásico de la Reina Victoria de Inglaterra (1819-1901) diseñada a partir de un medallón conmemorativo elaborado por William Wyon y fue grabada por Charles Health en una talla dulce de 20x24 mm impresa por Perkins, Bacon & Company Ltd. (Hidalgo, 2009).
Respecto a las primeras estampillas de Costa Rica, no tenemos detalles sobre sus autores. Sabemos por referencias de don Fred O’Neill (2007:82) que la primera emisión fue impresa en los talleres de la American Bank Note Co. de New York y que circuló en 1863.  Su motivo, un sobrio escudo nacional, fue reproducido en una talla dulce de 23 x 28 mm en cuatro colores diferentes, cada uno en un valor facial diferente: medio Real (azul), dos Reales (rojo), cuatro Reales (verde) y un Peso (amarillo-anaranjado).
Estudiar la obra gráfica de Antolín Chinchilla es muy pertinente para este estudio. Reconocido pintor, artista gráfico e impresor, trabajó en la Litografía Nacional desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX. Chinchilla estudió grabado y litografía en la Escuela de Artes y Oficios de Hamburgo de 1891 a 1892 y en 1896 regresó de Alemania para dirigir el departamento de litografía en la Litografía Nacional (Hidalgo). En orden cronológico, Chinchilla cuenta con, por lo menos, una tarjeta entero postal de 2 centavos, impresa litográficamente en un formato de 9x14 cm con una bella ilustración publicitaria de la Jardinería Artística Hermanos Andersson en el reverso, firmada en 1902.
Una de las características por las que se le reconoce, es su destreza al emular el trazo típico de la talla dulce en impresos litográficos. Inicia en 1921 con Centenario del Café (litografía 45x28 mm). Desarrolla esa capacidad con el Centenario de Jesús Jiménez (litografía 27x33 mm), serie de cinco piezas iguales, de diferentes colores y valores faciales, circulada en 1923; y Juegos Olímpicos (litografía 40x26 mm), serie de tres piezas diferentes, circulada en 1924.
Especialmente por su estilo, a Chinchilla se le asigna la autoría de una amplia colección de sobrecargas y resellos (impresiones de un nuevo valor facial o de una leyenda nueva sobre otras estampillas) ricamente ilustrados que inicia con la de Un céntimo de 1905, y continúa con las de 1925; la dedicada a la visita de Lindbergh en 1928, las sobrecargas de Correo Aéreo de 1930, así como la de 1932 sobre una estampilla de telégrafos. El Renta Postales de 1928, al igual que los resellos y sobrecargas anteriores, muestran una gran destreza en el diseño tipográfico que nos remonta a una época en que el gusto por el trazo caligráfico era todavía un grato ejercicio de diseño, aún en piezas de pequeño formato. Aunque hoy día las sobrecargas y resellos se realizan por impresión directa en equipo tipográfico tipo “Minervas”, máquinas de mucha precisión y confiabilidad para la reimpresión de pliegos ya perforados, aún sobrevive en colección privada una piedra litográfica con el grabado perfectamente legible de una de las sobrecargas de Chinchilla.
El primer sello postal que reproduce en su viñeta un grabado de artista es la sobretasa benéfica Pro-Ciudad de los Niños de 1975. Es una obra de Francisco Amighetti titulada Niños con tortuga (offset 23x33 mm). Sus trazos concuerdan con la técnica amighettiana aunque la trama de los tonos medios podría haberse producido por la técnica tradicional de impresión con cuchara o eventualmente ser una trama fotomecánica. En el pie de grabado aparece identificada la autoría y el nombre de la obra, asunto poco común en las estampillas publicadas hasta mediados del siglo XX, siendo frecuente en algunas de las series de Ciudad de los Niños, ya que muchas de ellas se ilustran con obras de arte costarricense o universal.
Oyendo Misa, también de don Paco, es una xilografía que rescata de manera simple las tradiciones costarricenses. Utiliza un lenguaje gráfico sencillo con una aplicación del color localizada en pequeñas áreas, dominando el negro y los grises en toda la composición. En este caso, las texturas propias de la xilografía respiran con un manejo del color muy sutil donde la atmósfera interna de la iglesia se ve afectada por un tono azulado que respira por entre la trama de la madera impresa en color negro.
La xilografía que ilustra la emisión Cooperación Cultural Costa Rica-Liechtenstein: Educación de Adultos (calcografía 36 x 26 mm), fue tallada por el autor de estas líneas en 1988 para conmemorar un convenio de cooperación con el Principado de Liechtenstein. La emisión está compuesta por dos estampillas diferentes, la costarricense ilustrada con xilografía y otra ilustrada en Europa con técnicas pictóricas; la serie circulada en Costa Rica con leyendas en castellano, y la serie circulada en Liechtenstein con leyendas en alemán. Las dos series de estampillas circularon simultáneamente en ambos países. La xilografía original fue impresa en negro sobre papel de arroz japonés y la solución final que dieron en la imprenta Suiza es una versión a tres colores. La intención de ilustrar este sello postal con una xilografía fue hacerle un homenaje al grabado costarricense.
La emisión dedicada al 90 Aniversario del Club Rotario reproduce una litografía pre-existente del artista Luis Paulino Delgado, la obra dedicada a su hijo Federico. La imagen perdió mucho detalle por el porcentaje de reducción tan grande que requirió el original.  Este es un problema muy frecuente en obras de arte seleccionadas para ser reproducidas en pequeño formato. Otros países que han desarrollado importantes colecciones de sellos dedicados a las artes plásticas, como es el caso de Francia y Alemania, recurren a formatos de mayor tamaño que el utilizado en las emisiones ordinarias.
La emisión 50 Aniversario de las Naciones Unidas (offset 29 x 48 mm), reproduce la cromoxilografía de Francisco Amighetti El niño y la nube. La estampilla fue diseñada por el autor a partir de un original facilitado por el Museo de Arte Costarricense. El original presenta un estilo gráfico apropiado para la reducción y el formato utilizado es mayor a los anteriores. Con todo y la reducción, en el grabado se puede apreciar ligeramente la transparencia de los colores del fondo, ya que el maestro utilizó un color amarillo muy sutil por debajo del celeste del cielo, que se filtra entre la textura de la madera, recurso similar al aplicado por don Paco en el grabado Oyendo Misa. Aunque los detalles del rostro del niño que mira al cielo se han perdido significativamente, el gesto de la silueta sigue siendo muy expresivo. La legibilidad del logotipo de la ONU se vio afectada por la saturación de los detalles finos a pesar de ser impreso con una tinta celeste adicional a la cuatricromía.  Como detalle especial, la emisión fue acompañada de dos sobres de primer día, uno con un matasellos que reproduce el logotipo de la ONU y otro con la firma de Amighetti.
Las obras originales utilizadas en la emisión conmemorativa de la XIII Exposición Filatélica Nacional de 1996, son dos serigrafías de la artista Lola Fernández, propiedad de Correos de Costa Rica. Fueron emitidas en formato se-tenant (dos motivos diferentes en un mismo pliego), en pliegos de 100 estampillas cada uno. Las obras en serigrafía se prestan mucho para la reproducción en pequeño formato debido a la construcción en planos de la composición.
Las monotipias de Alberto Murillo que ilustran la serie Expresidentes y primeras damas dieron origen a un plieguito pequeño también configurado en el formato se-tenant. Esta serie de estampillas es la primera en reproducir grabados en monotipia a partir de una matriz de lámina de acrílico, técnica sumamente compleja por la espontaneidad que implica y por el control que requiere generar cuatro obras con rasgos similares.
En el caso de la serie América UPAEP del año 2000 (offset 35x25 mm), la estudiante del curso Diseño Filatélico impartido en la Escuela de Artes Plásticas, Rosa Isela Segura, utilizó dos monotipias a partir de matrices elaboradas con láminas de madera prensada y que fueron trabajadas en el curso de grabado. La serie América es una emisión que se publica anualmente como parte de un convenio entre las administraciones postales de América, España y Portugal. Se emite normalmente en parejas, un sello con valor de porte local y otro con valor de porte internacional.
La última emisión reseñada corresponde al artista Rudy Espinoza, una aguafuerte del año 1985 titulada La última escena y que acompaña a otras tres obras pictóricas y escultóricas de Miguel Hernández, Crisanto Badilla y Lola Fernández en un pliego pequeño titulado Arte de Costa Rica. Curiosamente, este pliego es el primero que reproduce en sus márgenes la ficha técnica de cada obra. El reconocimiento de los créditos del artista no necesariamente es una constante en la filatelia local y mundial, quienes estudiamos esta materia tenemos muchos problemas para asociar obras con artistas; en el mejor de los casos, en algunas épocas, lo común era que aparecieran incluidas las iniciales del autor dentro de la obra o en el margen inferior. Así que este pliego es especialmente didáctico al reproducir la ficha técnica de cada obra, información que en el mejor de los casos, era registrada en los boletines filatélicos.
El recorrido que hemos realizado muestra una pequeña colección de arte costarricense producida mediante cinco técnicas de grabado diferentes: xilografía, litografía, serigrafía, monotipia y aguafuerte; algunas técnicas se repiten, sin embargo, pone en evidencia grandes vacíos existentes en el total de nuestra filatelia que dejan por fuera a reconocidos artistas del grabado, fenómeno que también afecta a otras manifestaciones artísticas. Enumerar los vacíos podría acarrear incluso una nueva e injustificada omisión que no viene al caso pero que bien podría ser la propuesta para otro estudio. Es obvio que una apropiada política de emisión postal debería considerar una profunda revisión de las grandes deudas que tiene el Correo con el arte costarricense.

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ERIC J. HIDALGO VALVERDE (Costa Rica). Diseñador gráfico, profesor del curso Diseño Filatélico en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica y fue representante de la UCR y de la Asociación Filatélica de Costa Rica en la Junta Filatélica del Correo durante el período 1994-2004.


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Agulha Revista de Cultura
Número 112 | Abril de 2018
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