sábado, 22 de novembro de 2014

Agulha Revista de Cultura | Fase II | Número 3 | Editorial




Una mirada sobre las fundaciones culturales: Bolivia & Simón I. Patiño

En junio de 2011 dos casas editoriales –La Cabra Ediciones (México) y Agulha Revista de Cultura (Brasil)– se encuentran en la Cinemateca Nacional en Quito, Ecuador, para la presentación conjunta de una antología de poetas de Ecuador –Antología de la poesía ecuatoriana. De César Dávila Andrade a nuestros días, coordinación, compilación y estudio introductorio de Xavier Oquendo Troncoso– y la sección dedicada a la poesía de Ecuador del Proyecto Editorial Banda Hispánica. Allí tuvimos la oportunidad de firmar un proyecto común de realización de otras antologías, no solamente de países hispanoamericanos, sino buscando condiciones de difusión de la poesía, en especial en México, llegada de varios países e infinitas perspectivas estéticas. La Cabra Ediciones ya había publicado antologías de países como Portugal, Italia y ­Rusia, incluso una antología de la poesía indígena de Estados Unidos. Avanzar en un catálogo de grandes expresiones poéticas, aunque poco conocidas –o especialmente por eso–, fue el tema central de nuestras charlas en el hotel en Quito, sobre todo animados que estábamos por la antología ecuatoriana, que es un buen ejemplo de complicidad entre dos países, en que se destaca el apoyo fuerte y contundente que hizo Ecuador para promover su poesía en México.
Así que desde entonces, Bolivia nos pareció uno de los casos necesarios. Los contactos se firmaron de inmediato y yo mismo traté de confirmar mis investigaciones, invitar a poetas, definir el corpus de una lectura crítica consistente de la tradición lírica boliviana. Gracias a la sugerencia de amigos en Bolivia agregamos a nuestro lado la presencia valiosa de Juan Murillo, como el puente necesario para evocar las fuerzas propiciatorias de finalización editorial de nuestro deseo. Así fue. Juan estableció el vínculo con la Fundación Simón I. Patiño y con Plural Editores, dos puntos de apoyo sólidos y reconocidos en Bolivia. El trabajo estaba en línea de proceso: invitaciones, lecturas, investigaciones, un poco de todo. Hay aspectos curiosos en la realización de un trabajo de esta naturaleza, aspectos formales, como la liberación de derechos de autor, sobre todo cuando se trata de poetas muertos, sensibilizar a sus representantes legales, buscar informaciones perdidas en el tiempo, todo eso. Son obstáculos naturales. Lo malo es cuando la aventura empieza a ser contrarrestada por puntos mediocres involucrados con la envidia y otros males del espíritu.
El mundo de la cultura está dividido en dos partes, así, muy simple, dentro y fuera. Los que participan de una existencia más abierta y los que apuestan en la miseria permanente de la cultura. En los dos casos hay aspectos políticos muy rentables que pueden justificar la existencia de los esfuerzos negativos por mantener la literatura de un país –en el caso de Bolivia– bajo el control de una o dos fuentes de lucro con eso. Es un comportamiento muy típico del poder. Siempre pensamos que la religión y la ciencia son ambientes más propios para el ejercicio de este tipo de cosas, pero no, el arte es un campo prodigioso de manifestación de los aspectos más miserables y criminales de la existencia humana. Una vez realizada la antología de poesía boliviana, contadas las expectativas formales de la Fundación Simón I. Patiño, de complicidad editorial, el libro organizado, documentado, incluso las cartas de autorización de todos los participantes, definido gráficamente, todo, todo listo para la impresión, La Cabra Ediciones es sorprendida con una carta de la fundación boliviana retirando su apoyo, sin una mínima justificación, sólo unas breves palabras de irresponsable y súbita negativa.
Reproducimos para los lectores de Agulha Revista de Cultura el correo electrónico de la Fundación Simón I. Patiño, lo mismo que la carta que la editorial mexicana le hizo llegar como respuesta. Esto sirve como ejemplo de un comportamiento lamentable por parte de los mecanismos de producción cultural. ¿Qué tipo de respeto puede encontrar una fundación cultural, por parte de la comunidad del país donde actúa, cuando lo hace basada en perspectivas políticas? ¿A quién atienden fundaciones de este tipo? Considerando que la persona jurídica de las fundaciones culturales es beneficiada por leyes y circunstancias de impuestos etc., es fundamental que la comunidad artística e intelectual cuide y vigile el trabajo que cumplen –o que deberían cumplir– este tipo de instituciones en los diferentes países.

Los Editores

From: "Elizabeth Torres" <e.torres@fundacionpatino.org>
Date: March 27, 2012 6:43:49 PM GMT-04:00
To: "'Juan Murillo'" <
jamelmd@hotmail.com>
Cc: <
j.mendez@fundacionpatino.org>Subject: RE: Antología poesía boliviana...
Estimado Juan:
Recién hoy estoy en condiciones de poder darte una respuesta definitiva respecto a nuestro interés de participar en el proyecto de la Editorial Cabra sobre la Antología Poética de Bolivia.
Lamentablemente desde la primera vez que hablamos del tema hasta la fecha las condiciones han cambiado y en la última visita de nuestro Director luego de analizar el tema, en detenimiento, determinamos que al no haberse encontrado los otros socios en Bolivia ni en México, en esta oportunidad, nos retiramos del proyecto definitivamente.
Segura de poder trabajar contigo y/o con la Editorial La Cabra, en un futuro próximo en algún otro emprendimiento, me despido muy cordialmente
Elizabeth Torres

***

Ciudad de México, 16 de abril, 2012
Sra. Elizabeth Torres
Fundación Simón I. Patiño-Cochabamba
Bolivia
Estimada Elizabeth Torres:
La Cabra Ediciones es una empresa editorial mexicana reconocida tanto en México como en Latinoamérica por la calidad de sus autores, títulos y producciones editoriales. Contamos con un importante catálogo de publicaciones principalmente de poesía, aunque abarcamos también el ensayo y el arte. Como podrá usted ver en nuestra página web lacabraediciones.com, nuestro catálogo está conformado principalmente por poetas y autores no mexicanos, ya que uno de nuestros principales objetivos es la promoción y difusión en México de las poéticas de otros países. La colección El Desfiladero (antologías poéticas por países) es una de nuestras formas más activas de promover la poesía de otras naciones en México. Como usted sabe, en esta colección se trabajó la antología Poesía de Bolivia. De Cerruto Sáenz a los días de hoy, organizada, coordinada y prologada por el poeta y ensayista brasileño Floriano Martins, con 39 poetas antologados y 320 páginas de poesía boliviana.
La respuesta de su negativa a apoyar esta antología me llega a través del señor Juan Murillo –que amablemente decidió participar del proyecto como interlocutor entre la Fundación Patiño y La Cabra Ediciones–, después de muchos meses durante los que, aun contando en principio sólo con su palabra de apoyo, se trabajó y se terminó la investigación y la edición total del libro. Habla usted de condiciones que cambiaron, pero no aclara cuáles son esas condiciones.
Hubo un momento, cuando nuestra primera entrega de un PDF a la editorial Plural –que en ese entonces parecía que sería, junto con ustedes, el socio boliviano–, que el señor Murillo me hizo llegar un comentario de Plural en el sentido de que no podía haber una antología de poesía boliviana sin Eduardo Mitre. Yo me pregunto si la opinión de Plural influyó en usted en ese sentido y ésta sea una de las condiciones a las que se refiere. Floriano Martins invitó a participar de esta antología a los poetas que consideró representativos de las diferentes épocas que toca en su estudio. El poeta Eduardo Mitre recibió esta invitación y le hizo saber al señor Martins su decisión de no participar. Permítame decirle, señora, que el hecho de que el poeta Mitre no forme parte del volumen –amén de que fue suya la decisión de no participar– de ninguna manera desmerece la aportación de este trabajo. ¿Por qué? Porque la poesía de Eduardo Mitre es conocida y reconocida en México, a diferencia de la de muchos otros de los poetas antologados.
Estimada señora, no sé si usted habrá leído la antología que le hemos presentado. Floriano Martins es reconocido internacionalmente como un intelectual serio y crítico, lo que se refleja en el estudio introductorio de esta antología. Además del extenso análisis de la poesía boliviana que el señor Martins lleva a cabo, ha incluido las voces de los poetas que aceptaron participar en una entrevista, misma que se incluye en el volumen. La gran mayoría de los entrevistados se refieren, en algún momento, al poco conocimiento que se tiene de la poesía boliviana más allá de sus fronteras. Desgraciadamente, esto es un hecho, y estoy segura de que usted lo sabe.
En el correo que me llegó a través del señor Juan Murillo habla usted también de que no se encontraron los socios en México ni en Bolivia para apoyar el proyecto. Aquí creo que hay una confusión: el socio mexicano es (o era) La Cabra Ediciones. El costo total de producción del proyecto –sin impresión– estaba dividido en tres partes: una tercera parte, Bolivia; dos terceras partes, México. La mejor forma de trabajar estos proyectos es que los países involucrados impriman sus ejemplares, ya que, como seguramente usted sabe, la importación-exportación de libros es, por desgracia, uno de los talones de Aquiles de la industria editorial no industrial. Por otra parte, el hecho de que yo, como La Cabra Ediciones, pudiera hacerme de un tercer coeditor para aligerar mi parte económica –o no– nunca entró como parte del convenio establecido para imprimir mil ejemplares de la antología y poder contar con trescientos ejemplares para distribuir en Bolivia y poco menos de seiscientos en México (el resto estaba considerado para entregar a autores). Es decir, contando con la tercera parte de Bolivia, La Cabra Ediciones tenía ya asumido el compromiso de aportar las dos terceras partes restantes –con o sin otro coeditor mexicano–.
Entonces, señora, no es que no se haya encontrado un socio en México; la pena es no haberlo encontrado en Bolivia. La pena es que las instituciones culturales de su país no apoyen proyectos de esta naturaleza en beneficio de sus poetas, y no estoy hablando de los que ya cuentan con un reconocimiento y prestigio internacionales. La pena, señora, es que teniendo las condiciones para hacerlo, nieguen el aporte a un proyecto del que el único beneficiado es, en este caso, la poesía de su país. Porque la antología que le presentamos es un excelente trabajo de investigación crítica e inteligente, porque la calidad de la poesía antologada merece nuestro reconocimiento y conocimiento más allá de sus fronteras, porque en su momento se les presentó el plan de promoción y difusión que La Cabra Ediciones hace de sus libros y que abarca tanto a la ciudad de México como a las principales ciudades de todo nuestro territorio, y porque los poetas merecerían de su propio país un verdadero apoyo a la promoción y difusión de su quehacer intelectual.
Por último, sólo quiero comentarle que hay de antologías a antologías, y que nunca existirá la que satisfaga todos los escenarios, a todos los poetas, a todos los críticos; todas son –por fortuna– parciales, incompletas, lo que da para siempre investigar y estudiar más. Lo que sí le garantizo es que Poesía de Bolivia. De Cerruto Sáenz a los días de hoy, organizada, coordinada y prologada por el poeta y ensayista brasileño Floriano Martins, con 39 poetas antologados y 320 páginas de poesía boliviana, es y será una antología de referencia obligada.
Deseo aprovechar esta carta y enviar un agradecimiento al señor Juan Murillo por el esfuerzo de la gestión con ustedes y con Plural.
Doy pues por recibida su contestación, y me despido, señora, dejándole un cordial saludo
desde México.
María Luisa Martínez Passarge
Directora La Cabra Ediciones 





ÍNDICE

BETTY MILAN | O século, parte II: A terra (Pierre Gourou) e o desterro (Gérard Chaliand)
FLORIANO MARTINS | Diálogos con Francisco Proaño, sobre Pucuna, los tzántzicos y otras vértebras de las vanguardias en Ecuador
LUIS CARLOS MUÑOZ SARMIENTO | León de Greiff, entre la soledad y el silencio
LUÍS EUSTÁQUIO SOARES | O corpo barroco de Grande Sertão: Veredas, de João Guimarães Rosa
MANUEL IRIS | ¿Para qué sirve usted?: La función práctica de la poesía
MARTÍN PALACIO GAMBOA | Escritura, ontología política y modernidad enSueño y retorno de un campesino, de Juan Cunha
PHILIPPE BARYGA | Figuras de mobilidade na obra Dieter Roth
REYNALDO JIMÉNEZ | Vértigo perfecto en oficio de trazar, la poesía de Jacobo Fijman
THOMAS RAIN CROWE | New Native Press: marginalizando o senso comum
VIVIANE DE SANTANA PAULO | Cada um morre por si, de Hans Fallada
CARLOS M. LUIS | Kurt Seligmann, el surrealista que llegó del Renacimiento


Página ilustrada con obras de Kurt Seligmann (Suiza), artista invitado de esta edición de ARC.



Agulha Revista de Cultura
Fase II | Número 3 | Maio de 2012

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